Dublín es la mayor ciudad de Irlanda y una de las más conocidas. Es una ciudad reconocida por la UNESCO por su literatura, arte, música e historia. Además, es una gran metrópolis con vistas a las onduladas y verdes colinas por las que el país es tan conocido. Una visita a Dublín es ideal para algo más que la mejor cerveza del mundo; hay suficiente actividad para entretener a un luxury traveller, independientemente de sus intereses.
El único y mejor aeropuerto de Dublín es el Dublin International Airport (DUB)
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Entrar y salir de Dublín en avión privado imita el lujo que puede experimentar recorriendo la ciudad como visitante. De este modo, optimizará todo el tiempo para disfrutar de esa pinta o pasear por las famosas colinas verdes antes de volver a salir.
Hay muchas cosas que hacer en Dublín que no implican necesariamente pasar todo el tiempo en un bar oscuro bebiendo cerveza irlandesa, aunque tampoco es una mala manera de pasar un buen rato en Irlanda.
La Catedral de San Patricio es la catedral nacional del país y la más grande de la ciudad. Sus torres llevan siglos en pie y la leyenda dice que el propio San Patricio fue bautizado aquí. Se trata de una visita obligada para los devotos que pasan por Dublín, aunque sólo sea para observar el paso de la historia.
Una de las zonas más interesantes de Dublín es Grafton Street, que cuenta con artistas que tocan de todo, desde punk rock hasta música tradicional irlandesa. Si lo que busca es cultura durante su viaje, una parada en uno de los locales de esta calle se la proporcionará con creces. También hay muchas opciones de compras y restaurantes en esta calle.
Si le apetece saber más sobre el famoso whisky irlandés que se envía a todo el mundo o simplemente quiere comprender hasta qué punto el whisky es una parte fundamental de la cultura irlandesa, no dude en incluir en su itinerario una parada en el Museo del Whisky Irlandés.
El Festival Internacional de Cine de Dublín es una cita ineludible en la que se proyectan algunas de las mejores películas, tanto independientes como convencionales, que recorren el circuito. Sin embargo, en Dublín hay pocos acontecimientos con más fanfarria que el Día de San Patricio, cada mes de marzo. No hay mejor lugar en el mundo para celebrar esta fiesta que la capital de Irlanda.
La escena culinaria de Dublín es insuperable, con establecimientos con estrellas Michelin que ofrecen experiencias gastronómicas exquisitas. Por ejemplo, el Restaurante Patrick Guilbaud, de dos estrellas michelin, ofrece cocina irlandesa contemporánea, mientras que el Chapter One, de una estrella, tiene un menú internacional y uno de los mejores cafés irlandeses de la ciudad.
Las opciones de alojamiento en Dublín son numerosas y ofrecen hoteles de lujo con comodidades que contentan a los huéspedes de alto nivel y mantienen la opulencia a la que están acostumbrados.
Desde su sofisticado bar hasta su pulida zona del vestíbulo, The Westbury de Dublín es el sumum del alojamiento en clase alta. Desde desayunos con champán en exuberantes suites hasta una cena romántica en el restaurante del hotel, los huéspedes pueden relajarse en un ambiente elegante.
Situado en el centro de Dublín, The Merrion es un establecimiento de cinco estrellas que ofrece una experiencia de lujo. La construcción es un conglomerado de casas adosadas georgianas que han creado una experiencia hotelera única. Hay un bar y un restaurante, un spa y un gimnasio, todos ellos diseñados con el mismo nivel de elegancia que el resto del hotel.
Uno de los establecimientos más modernos de Dublín, el Hotel Fitzwilliam cuenta con té de la tarde, habitaciones con vistas a frondosos jardines y desayuno irlandés para los huéspedes que buscan una experiencia auténtica.
El Croke Park Hotel es otro hotel de lujo moderno que tiene un aspecto elegante y sofisticado desde el exterior, pero que ofrece un servicio del viejo mundo en su interior. Una cafetería con estilo de jardín invita a los huéspedes a disfrutar de una comida tranquila, mientras que el salón ejecutivo ofrece a quienes viajan por negocios facilidades para hacer su trabajo de forma conveniente.
Viajar a Dublín en avión privado es la mejor manera de asegurarse de que su viaje se realiza justo a tiempo y sin perder un minuto. Después de todo, hay mucho que disfrutar en Dublín y en toda Irlanda en general, así que por qué limitarse a los caprichos de los viajes comerciales.
Un jet privado le permite entrar y salir de la ciudad a su antojo, en grupo o en solitario, y disfrutar de lo mejor de Dublín.
